La histórica familia Rothschild extiende su dinastía bancaria. Alexandre de Rothschild será el nuevo Presidente de la compañía a partir del próximo mes de mayo y sustituirá así a su padre, David, de 75 años.

La dinastía bancaria de los Rothschild ha pasado de generación en generación durante los últimos 200 años. El futuro presidente, Alexandre, representa la séptima generación de Rothschild al frente del legado con una filosofía en mente: evolución en lugar de revolución.



La dinastía de los Rothschild se labró su fama y su fortuna a principios del siglo XIX. La historia cuenta que la jugada maestra se realizó en la batalla de Waterloo. El artífice fue Nathan Mayer Rothschild, de la segunda generación de la familia.

Nathan fue espectador de la batalla y los Rothschild fueron los primeros londinenses en saber que Wellington había sido el vencedor frente a Napoleón. Y le sacaron jugo: vendieron compulsivamente sus bonos del estado británico para hacer creer al resto del mercado que Inglaterra había perdido la batalla.

La bolsa británica se hundió. Pero antes de que la noticia llegara a todo Londres, los Rothschild compraron de nuevo cantidades masivas de esos bonos a precios ridículos. Cuando se supo que Inglaterra había vencido, los precios se dispararon y los Rothschild ganaron un millón de libras en un solo día. Tras Waterloo, sus negocios no hicieron más que incrementar sus beneficios.

Actualmente, Rothschild es uno de los principales bancos franceses en el área de asesoramiento de fusiones y adquisiciones en banca privada. La toma de relevo se produce en un momento en el que su rival Lazard ha realizado contratos de forma agresiva. Y en un momento en el que los banqueros advierten de un posible giro de operaciones después de que los volúmenes mundiales de fusiones y adquisiciones hayan superado los 3.000 billones de dólares por cuatro años consecutivos.

Uno de los papeles que deberá asumir Alexandre como nuevo presidente será la expansión de la administración de riqueza y activos y banca mercantil. Pero su objetivo también pasa por diversificar su negocio de asesoramiento francés y británico. Por eso, quiere expandirse en EEUU, donde históricamente ha tenido problemas. Desde hace 70 años, el banco tiene una pequeña oficina en Nueva York que no ha dado muchos frutos. Alexandre ahora mira a las áreas del Medio Oeste y la Costa Oeste, con un fuerte potencial de crecimiento.

Rothschild mira ahora con optimismo al año 2018 después de que en 2017 los ingresos de la banca privada se disparasen un 40%, gracias a la adquisición de la gestora financiera Martin Maurel.