El oleaje no cesa para Maersk. A la principal empresa de contenedores del mundo se le suma un nuevo problema: el ciberataque de ransomware. La compañía hoy sigue afectada y no puede procesar nuevos pedidos porque su portal está inactivo.

La naviera danesa ha cerrado los sistemas de sus operaciones para contener el ataque. No sabe exactamente cuándo volverá a la normalidad y asegura que es demasiado pronto para evaluar el impacto económico de este ransomware.

Los impactos más visibles son los que ha sufrido el operador portuario APM Terminals, propiedad de Maersk. Esta unidad opera 76 instalaciones portuarias en todo el mundo y ha sufrido problemas en varios de los puertos de descarga que controla, entre ellos los puertos de Nueva York y Nueva Jersey, que son los más grandes de la costa este de EEUU, y el puerto de Rotterdam en Países Bajos, que es el más grande de Europa.

El ataque de ransomware supone un nuevo golpe para la naviera danesa, que en el año 2016 nos dejó una de las mayores pérdidas en la historia corporativa danesa por valor de 1.900 millones de dólares.

Estas pérdidas son resultado de las dos últimas crisis que han golpeado a la compañía: el exceso de capacidad en la flota a nivel mundial y los bajos precios del petróleo. Aunque no todo son tormentas en alta mar: Maersk confirmó unas mejores condiciones del mercado en los resultados de su primer trimestre fiscal. Un soplo de aire a favor para la compañía.

Sin embargo, la danesa tiene muchos retos por delante y uno de ellos es la oleada de fusiones y adquisiciones del sector. De hecho, por este motivo decidió a finales del año pasado separar sus dos principales líneas de negocio para optimizar su trabajo y crear así una división centrada en la logística y el transporte y otra dedicada a sus negocios de producción y exploración petrolera.

Pero Maersk navega contra viento y marea. La compañía apuesta por la digitalización y quiere modernizar una industria donde la mayoría de las reservas todavía se hacen por teléfono.

Por ese motivo, hace unos meses se asoció con IBM para incorporar a su negocio la tecnología blockchain. Su objetivo: simplificar la gestión de documentos comerciales, permisos y licencias de mercancías, hojas de ruta, etc. e incluirlos en una base de datos digital compartida a prueba de manipulaciones. Resulta irónico que justo ahora que decide sumarse a la digitalización un ciberataque haya hecho virar el timón de la compañía.