La gran historia de Ralph Lauren comienza en el barrio con peor fama de Nueva York: el Bronx.  Allí es donde nació Ralph Lifschitz en el año 1939 en el seno de una familia judía emigrante de origen bielorruso. A los 16 años, él y su hermano decidieron cambiar el apellido Lifschitz por Lauren, más fácil de pronunciar y más elegante.

Lauren estudió economía en el City College de Manhattan, pero abandonó sus estudios poco antes de graduarse. En el 67 comenzó a trabajar en una firma de corbatas llamada Beau Brummel Neckwear, que fue lo que le inspiró a la hora de lanzar su propia marca: Polo. Así, decidió pedir un préstamo de 50.000 dólares para abrir una tienda de corbatas alejadas del canon clásico de aquella época: en contraste con las corbatas de corte estrecho que se llevaban, Lauren optó por el diseño de corbatas de corte ancho, de materiales llamativos y hechas a mano. Ralph Lauren vendía sus corbatas a grandes tiendas, entre las que figura Bloomingsdale’s. Tiempo después, lanzó junto con su amigo Norman Hilton la marca “Polo Fashion New York” y amplió sus diseños para crear una línea completa de prendas masculinas.

Las prendas de Ralph Lauren pronto se hicieron eco por su estilo y sofisticación. En 1970, recibió su primer premio Coty por su línea de ropa masculina. Más tarde, lanzaría su primera colección de ropa femenina, que causó furor en la época porque contaba con 24 tipos de colores diferentes. Gracias al reconocimiento que obtuvo, creó el vestuario de Robert Redford para la película El Gran Gatsby, con el que ganó su segundo Coty. Pero ése no fue su único trabajo para Hollywood, ya que también fue el encargado de vestir a Diane Keaton en Annie Hall, de Woody Allen.

Así, Ralph Lauren decidió expandir su marca: se separó de su amigo Norman Hilton y lanzó Polo Ralph Lauren Company. El diseñador y empresario ha destacado no sólo por sus diseños, sino también por su capacidad de innovar y anticiparse a las tendencias. Fue, por ejemplo, el primero en introducir anuncios multipágina a todo color, el primero en tener una línea para hogar y en lanzar una colección dedicada al deporte. Todo un pionero y revolucionario que ha sabido labrarse su fama.