Las bolsas europeas han girado del rojo al verde a mediodía, con repuntes de entre el 1% y el 2% en índices como el DAX alemán o el CAC francés y un Ibex algo más rezagado como consecuencia del elevado peso del sector financiero dentro del índice. El selectivo español ha sumado un 0,59% que le ha llevado a cerrar en los 9.957 puntos. De entre los principales índices europeos, es el único que cae desde enero, cuando partió de los 10.043 puntos.

Dentro del Ibex han sido los bancos domésticos (Bankia, Bankinter, Caixabank y Sabadell) los más penalizados con descensos que han rondado el -2%. En el caso de BBVA y Santander las palabras de Mario Draghi han sido menos dolorosas ya que al fin y al cabo, la caída del euro sí les favorece. De este modo, BBVA ha cerrado con una ligera caída del -0,10% y Santander incluso ha sumado un 0,34%.


 Todo lo contario le ha ocurrido a las empresas a las que no conviene en absoluto que suban tipos debido a su perfil de deuda. Este es el ejemplo de las eléctricas (Iberdrola y Gas Natural han subido un 2% hoy), las constructoras (ACS y Ferrovial +1,50%) y la mismísima Telefónica (+1,30% hoy). El valor más alcista ha sido DIA (+5,02%), que ya venía despuntando desde la apertura.


Recomendaciones:


Para Santander, HSBC le ha subido la recomendación desde mantener hasta comprar y recorta su precios objetivo desde 6,1 hasta 5,6 euros.

Para ACS, Morgan Stanley  inicia cobertura con un consejo de “igual que el mercado” y un precio objetivo de 39,5 euros.

En la bolsa de Londres, suben los títulos de Rolls Royce un 2% tras anunciar el recorte 4.600 puestos trabajo sobre todo en el Reino Unido como parte de un plan para simplificar su negocio y ahorrar 400 millones de libras, unos 536 millones de dólares, al año para finales de 2020. Las acciones de Pearson están cayendo más de un 3%.

Volkswagen está bajando un 0,5% después de que Alemania le haya impuesto una multa de 1.000 millones de euros a la automovilística por el fraude de las emisiones de gases en motores diésel. Acepta la multa  y no recurrirá. Es su modo de asumir su responsabilidad en la crisis del diésel. En septiembre de 2015, las autoridades de los Estados Unidos revelaron la manipulación de emisión de gases de millones de automóviles diésel en Volkswagen. El grupo ha provisionado casi unos 26.000 millones de euros para esta crisis.