Redacción y Reuters.- La economía española se expandió el año pasado al ritmo más lento desde 2014, ya que las menores exportaciones en un entorno global más débil contrarrestaron la vigorosa demanda interna, aunque en el último trimestre logró el mayor aumento del ejercicio, superando las previsiones de los analistas.

Según los datos provisionales divulgados el jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Producto Interior Bruto (PIB) creció un 2,5 por ciento en 2018, por debajo del 3% de 2017, con un incremento intertrimestral en el último cuarto del ejercicio del 0,7 por ciento, una décima superior al del trimestre anterior y a lo que esperaban los economistas consultados por Reuters.

En los dos primeros trimestres de 2018 el incremento también había sido del 0,6 por ciento.

En términos interanuales, España creció un 2,4 ciento en el periodo octubre-diciembre, superando también el 2,3 por ciento estimado por los analistas.

Comportamiento de los componentes del PIB de España Comportamiento de los componentes del PIB de España

La contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual del PIB fue de 2,7 puntos, una décima inferior a la del tercer trimestre, mientras que la demanda externa presentó una aportación de –0,3 puntos, una décima superior a la del trimestre pasado. El consumo de los hogares se modera, y el dato más preocupante es la caída de la inversión (señalados en el gráfico).

La ministra de Economía Nadia Calviño destacó el "dinamismo" del último trimestre del año y dijo que "las tasas de crecimiento siguen siendo muy superiores a los países de nuestro entorno (...). Es normal que el crecimiento se vaya moderando. Nuestra previsión para este año sigue estando por encima de los países de nuestro entorno".

Los Presupuestos Generales del Estado para 2019 del Gobierno español prevén un crecimiento del PIB del 2,2 por ciento.

Entre 2015 y 2017 la economía española logró crecer a un ritmo de en torno al 3 por ciento anual, tras despertar de una recesión causada por el estallido de la burbuja inmobiliaria que provocó la destrucción de millones de puestos de trabajo y llevó a la quiebra a centenares de empresas.

El INE no desglosó los datos, pero el Banco de España ya ha advertido de la existencia de un entorno desfavorable para la economía con amenazas como el pulso comercial de China y Estados Unidos, una posible escalada del proteccionismo y el riesgo de un Brexit sin acuerdo.