Los precios del petróleo se hunden este lunes (-4,32%) después de que la reunión de los principales países exportadores en Doha (Catar) terminase ayer sin acuerdo para congelar la producción. Continuará, por tanto, el exceso de producción en un entorno de baja demanda, mientras se mina la credibilidad del cártel productor de la OPEP.

Se esperaba que la reunión en la capital catarí se tradujese en un acuerdo para congelar la producción del grupo a niveles de enero hasta octubre de este año, en un nuevo intento para frenar el exceso de oferta global. Aunque este acuerdo finalmente no ha llegado y el crudo se desploma hoy en el mercado, algunos analistas consultados por Capital Radio consideran que esta no es la solución "porque vamos a continuar con un exceso de producción de crudo de 1,5 millones de barriles día" como apunta Ramón Carrasco, desde Bankinter.

Detrás de este fracaso podemos encontrar, entre otros motivos, las tensiones entre Irán y Arabia Saudí. Se han reavivado los temores de la industria a que los grandes productores de control estatal intensifiquen su batalla por ganar cuota de mercado, con importantes descuentos. El analista de IMC Research, Peter Lee, asegura que está negociación no trata sólo de petróleo para los saudíes, "es más sobre política regional"; un argumento que cobra fuerza tras la apertura internacional de Irán. Arabia Saudí, principal productor, exigía ayer que Irán aceptase el acuerdo de Doha, pero el país de los ayatolás no estaba representado en la cumbre de este fin de semana. Recién incorporado al mercado tras una década de sanciones, su objetivo es recuperar cuota de producción.

En este contexto llega una huelga de trabajadores del sector en Kuwait, lo que reduciría la producción del país de 2,85 a 1,1 millones de barriles diarios. Esto evitaría que el Brent perfore la barrera del os 40 dólares.