Las opiniones de los demás pueden influir hasta un 85% sobre nuestra decisión de compra. Un dato que pone en relieve el gran peso que tiene el boca a boca de toda la vida para las compañías que venden productos y servicios.

Y en plena revolución digital las opiniones renacen bajo nuevas formas. Muchos consumidores recurren a las críticas sobre un producto antes de comprarlo. Y por ello existen plataformas específicas donde los usuarios cuentan sus experiencias sobre un producto o servicio determinado. Algo que se ha hecho toda la vida, pero trasladado al mundo digital.



Este movimiento de opiniones online se conoce como Social Commerce. En este caso, las redes sociales suponen una herramienta muy útil, ya que el usuario puede hacer pública su opinión sobre un determinado producto e influir en la decisión de compra de futuros compradores. Eso es lo que hace Peoople, una app que funciona como una red social en la que nuestro entorno nos recomienda los servicios que utiliza, tal y como nos explica su fundador, David Pena.

Otra tecnología que monetiza las opiniones y recomendaciones es Customeer, una compañía que identifica los clientes de una empresa dispuestos a recomendar sus productos o servicios. Lo hace a través de una encuesta en la que los clientes califican del 1 al 10 su grado de satisfacción, cuenta su director comercial, Diego Chico Guzmán.

A las personas que hayan puntuado entre 9 y 10 les sale una ventana de agradecimiento y se les pide que recomienden el servicio a través del medio que prefieran. Si lo hacen, se les puede incentivar con un premio o descuento. De esta forma, la compañía consigue afianzar clientes e incluso se le abre la posibilidad de ganar otros nuevos gracias a las recomendaciones de amigos. Al final, se traduce en un aumento de las ventas.

Éste es el poder del boca a boca tradicional en el mundo digital.