Parece que casarse cada vez está menos de moda en China. Y es que aunque la pandemia covid 19, y la posterior política Covid cero de Pekín, han hecho mucho daño al sector, lo cierto es que las parejas chinas parecen estar ahora menos dispuestas a casarse que nunca. Según informa Bloomberg, las tasas de matrimonio y natalidad han caído, desde el año pasado, a mínimos históricos,algo que ha llevado a que la población en China caiga, por primera vez, en 60 años. En China ya no está de moda casarse, ¿cuáles son sus consecuencias?

En China ya no se lleva casarse

Hoy ponemos el foco en cómo el descenso de los matrimonios en la potencia asiática pone en peligro este sector.

Los datos avalan la tendencia

Desde la industria de las bodas, en la potencia asiática, ya expresan su preocupación. Los números resaltan que son cada vez menos las parejas dispuestas a gastarse mucho dinero en dar el ‘si quiero’ y los empresarios alertan que el futuro para este sector “no parece nada prometedor”.

De hecho, y según los números que publica el medio, en 2022 se registraban 6,8 millones de matrimonios en el país...una cifra que, aunque nos pueda parece muy alta, supone una reducción de 800.000 matrimonios con respecto a 2021...y que se ubica en el nivel más bajo desde 1986... año en el que el Gobierno chino empezaba a publicar datos.

Un giro de 360 grados

Pero no siempre ha sido así...lo cierto es que antes de la llegada de la pandemia, el sector de las bodas era un gran negocio en la potencia asiática...de hecho, estaba valorada en casi 500.000 millones de dólares en 2020, según los datos de Daxue Consulting. Era el momento dorado de las bodas en el que las parejas gastaban mucho dinero en joyas, decoraciones y emplazamientos lujosos. Pagaban, de media, casi 14.000 dólares por evento.

Pero todo ello ahora ha dado un vuelco de 360 grados. Los expertos y empresarios ya adelantan que los chinos se inclinan ahora más por una boda sencilla.... ¿se trata del principio del fin del lujoso mundo de las bodas chinas?

Lo que parece estar claro es que la pandemia, además de cambiar nuestros hábitos, también ha modificado nuestra forma de ver el mundo e incluso ha puesto en entredicho cuáles son nuestras prioridades.