El Gobierno chino confirma sus planes para recortar el exceso de capacidad de producción de acero, entre 100 y 150 millones de toneladas, durante los próximos 5 años. El Consejo de Estado del gigante asiático no concederá licencias a nuevos proyectos de acero, se cerrarán las fábricas anticuadas y las que llama compañías “zombie”, es decir aquellas que se han suspendido operaciones pero no se han declarado en bancarrota. El Gobierno quiere recolocar a los trabajadores mediante formación y les concederá beneficios sociales.

El sector del acero de China, el mayor del mundo, ha sufrido de un exceso de capacidad durante años. Este se ha sentido más en los últimos dos años, a medida que la demanda de acero en el mercado internacional se ha contraído.

De acuerdo con la Asociación de Siderurgia de China, la capacidad de producción de acero crudo es de unos 1.200 millones de toneladas y la producción cayó un 2,3 por ciento el año pasado hasta los 804 millones de toneladas.

Esta reestructuración forma parte de un proceso más amplio de reforma de la industria china, incluyendo las compañías de propiedad pública, ya que las autoridades buscan reducir actividades redundantes u obsoletas, que consumen abundantes recursos financieros, en beneficios de los servicios y otros sectores más innovadores.