Los títulos de Nissan Motor reaccionan con descensos del 2% en la Bolsa de Tokio tras anunciar la compañía la suspensión temporal de la producción en sus plantas japonesas. La automovilística dejará de distribuir vehículos en el mercado local durante dos semanas para reconfigurar los mecanismos de inspección en sus seis plantas nacionales afectadas por las irregularidades en las inspecciones de seguridad.

El anuncio llega después de que la empresa japonesa comprobara que las anomalías persistieron en tres de sus fábricas incluso después de que el problema saliera a la luz en el mes de septiembre, según su consejero delegado, Hiroto Saikawa. Una medida que está destinada a corregir el incumplimiento legal y no afectara a la distribución de automóviles fuera del país. La normativa nipona establece que sólo inspectores certificados y registrados en el sistema del Ministerio de Transporte pueden dar su aprobación a los vehículos que se van a vender en Japón.

Las autoridades japonesas han constatado que algunas de las revisiones que los vehículos pasan antes de salir a la venta fueron realizadas por personal inadecuado. Según la agencia de noticias NHK, las inspecciones inadecuadas comenzaron hace al menos 20 años.

Nissan admitió las irregularidades después de que fueran detectadas por el Ministerio de Transporte, lo que provocó que llamara a revisión a más de un millón de coches en el país. Una revisión que afecta a 38 modelos, entre ellos 10 producidos para otras marcas como Mazda, Suzuki y Mitsubishi.