Todo el mundo sabe que Apple y Samsung son rivales comerciales pero no sé si también conocen que el segundo es proveedor del primero y que ambos tienen un frente legal común contra Qualcomm. Tecnológicamente, este último, se halla en una posición estratégica de manera que es imprescindible hoy día para poder lograr que un teléfono móvil suba y baje datos de la nube. Es lo que se denomina en el sector el impuesto Qualcomm.

En realidad el gran caso en materia de telefonía móvil es una historia de patentes, de licencias, que disputan los tres grandes del sector, pero que tiene un protagonista: Irwin Jacobs, el que fuera profesor de la University of California en San Diego, que logró que cada una de nuestras conversaciones actuasen a la vez gracias a un protocolo hoy denominado CDMA (Code Division Multiple Access).

A esto hay que añadir que en muchos países han investigado la posición dominante de Qualcomm. Y Nokia y Ericsson, también lo intentaron.

Lo cierto es que ni en la UE, ni en China, ni en Japón, ni en Corea, etc…se ha logrado parar el modelo Qualcomm.

Por lo tanto, a la par que tantos fans de Apple están a la espera del iPhone X, el famoso módem inalámbrico o Wireless seguirá facturando ese 5% de cada teléfono vendido que reporta a Qualcomm unos 7.700 millones de dólares de beneficios al año.

En definitiva está en juego el margen de beneficio de Apple y la democratización que dicen algunos de los teléfonos móviles que comentan otros.