Tras el nombramiento de Ana Patricia Botín como nueva presidenta del Banco Santander, lo que está claro es que tiene por delante una serie de retos a cumplir de embergadura más que considerable. De este modo, todos los objetivos estarán condicionados por la crisis financiera así como la debilidad del mercado por el escaso crédito que se concede.

Tanto es así que el propio Javier Marín, consejero delegado, declaró que elevar la rentabilidad del Santander es la cuestión prioritaria. Y es que hay que recordar que las acciones llegaron a valer 15 euros en Bolsa en 2007 y actualmente valen la mitad, 7,7 euros, según el cierre de ayer.

El segundo reto pasa por consolidar al Santander en los diez grandes países en los que está implantado. Ahora puede ser un buen momento para ellos, ya que la crisis ha dejado muy tocada a la banca alemana, y el Santander ya está presente como banca de consumo.

Según apuntan las voces expertas, España, Brasil y Estados Unidos serán las filiales a las que dedique más atención por su bajo rendimiento. No obstante, lo cierto es que no todas las divisiones están igual de fuertes. España, Brasil y Estados Unidos serían las filiales que más tiempo ocuparían a Ana Patricia Botín

En definitiva, Ana Botín asume la presidencia del grupo en un contexto en el que hay un reto difícil por la situación económica y, por supuesto, tendrá que trabajar en todo momento bajo la presión al saber el listón tan alto que le ha dejado su padre aunque lo cierto es que preparación no le falta.