La principal patronal venezolana, Fedecamaras, ha criticado el funcionamiento del nuevo sistema de cambio de divisas, que lleva operando en el país desde febrero. Asegura que no beneficia a la actividad económica y que acelera la crisis de los inventarios. Sobre todo porque los consumidores no consiguen los bienes y servicios que requieren.


El Gobierno venezolano puso en marcha el pasado 12 de febrero la reformulación del sistema cambiario vigente en Venezuela desde 2003, con la reorganización de tres tasas para atender las distintas necesidades de la economía del país petrolero.

Una primera tasa (Cencoex) que cotiza la moneda estadounidense a 6,3 bolívares, destinada a alimentos básicos y medicinas.

La segunda tasa (Sicad) atiende las necesidades secundarias de la economía y funciona bajo un sistema de subastas que se inició a 12 bolívares por dólar.

La tercera, conocida como Sistema Marginal de Divisas (Simadi), es una nueva modalidad abierta de compraventa de divisas que comenzó a funcionar a una tasa de 172,05 bolívares por dólar y que ayer se cotizaba a 176,75 bolívares por dólar.

El Simadi, diseñado por el Estado para combatir el mercado ilegal de divisas, ha recibido críticas de algunos sectores importadores que aseveran que la oferta no ha sido suficiente para atender la demanda del mercado.

El Simadi empezó su cotización en las casas de cambio y bancos con una diferencia de 15 bolívares por debajo del valor especulativo del dólar en el mercado ilegal, pero tres semanas después ese margen se ha incrementado a casi 100 bolívares.

El nuevo sistema cambiario impulsado por el Ejecutivo de Nicolás Maduro forma parte de un conjunto de medidas para impulsar su economía, que tiene una inflación desbocada y un persistente desabastecimiento de algunos productos básicos.

 

Foto: Cirifono