Los libros que leíamos de niños y que también hacemos de adultos nos transportan a lugares exóticos, mágicos. Nos hacen viajar. Cerramos los ojos y, de repente, innumerables olores y sabores recorren cada uno de nuestros poros.

Con ‘Los viajes de Egeria’ descubrimos el relato de viajes más antiguo que se conserva en nuestro país del que se tiene noticia y que fue escrito por una mujer, Egeria, en forma de cartas dirigidas a sus amigas.

Si queremos volar y ver la vida con una perspectiva diferente, ‘Los mejores destinos para observar los cielos en España’ es, sin lugar a dudas, una oportunidad para descubrir nuestro país a través del astroturismo.

Sin embargo, también la belleza nos traslada a la injusticia y crueldad que se vive en otras partes del mundo como Sudáfrica, Zimbabue, Tanzania, Ruanda y Congo, donde las experiencias del autor de ‘Vagamundo en África’ se mezclan con el pasado y el presente histórico de este país.

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Pero si lo que nos gusta es adentrarnos en un relato enigmático y descubrir una realidad hasta entonces desconocida, os recomendamos ‘Centinelas de Piedra en la Sierra Norte’. Poca gente sabe la importancia que tuvo la Sierra Norte de la Comunidad de Madrid en diferentes momentos de la historia del país, como en la época de ocupación musulmana.

Y está claro que hay ciudades que por sí solas marcan su ritmo como ocurre con ‘36 horas en La Habana’. Colorida, bella y dura a la vez, La Habana es una ciudad para saborearla con su ron, disfrutarla con su música y, por supuesto, amarla con los cinco sentidos.

Sin duda, leer y viajar, si van de la mano, ayudan a la concentración y a la empatía además de alimentar la imaginación. El denominador común de ambos es el placer. ¿Estáis de acuerdo?