En el informe realizado por el CES se señala la preocupación, la incertidumbre y las expectativas crecientes por el futuro del trabajo en la mayoría de las sociedades, con diferencias según el grado de industrialización y desarrollo de los países, que vienen impulsadas por el impacto esperado de grandes tendencias mundiales, no nuevas pero que están experimentando una aceleración notable, y que se concentran en diversos ámbitos.



Sin embargo, "las personas que van a cambiar el mundo son los que están haciendo sus propias tecnologías y en España están infravaloradas", señala en Capital Radio Ricardo Pérez, profesor IE Business School. "Si no ayudamos a los que emprenden, investigan o no vamos a conseguir nada", añade.

El informe del CES explica que a lo largo de años se han alcanzado, así, relevantes acuerdos de diálogo social bipartito en múltiples temas laborales y sociales entre las organizaciones empresariales y sindicales europeas más representativas, tanto en el plano interprofesional como a través de un diálogo social de tipo sectorial.

"Damos demasiada importancia al corto plazo, pero no a largo plazo. Lo que está por venir va a cambiar todo lo que conocemos", puntualiza Pérez.

El principal objetivo del diálogo social en los Estados pasa por desempeñar un papel cada vez más relevante en la definición de los marcos de políticas socioeconómicas que faciliten un crecimiento sostenible, que permitan una gobernanza eficaz de los mercados de trabajo, una regulación equilibrada de las relaciones laborales, y unos niveles suficientes y adecuados de protección social, todo ello en el contexto de los retos que plantean la globalización y la innovación tecnológica, según el CES.