Los planes de Donald Trump para la relocalización de la producción de las empresas en suelo estadounidense podrían no repercutir en la creación de empleos y generación de riqueza que esperaba. Pese a que muchas empresas anunciaron nuevas inversiones en las fábricas de Estados Unidos debido a las amenazas de elevar los aranceles, la producción no se verá necesariamente relanzada debido al perfil especializado de los puestos de trabajo que se crearían.

Es una de las conclusiones que extrae el experto en tecnología y socio director de LTC Madrid, Roberto Espinosa, tras el último anuncio de Apple. El CEO de la empresa, Tim Cook, ha informado recientemente sobre la creación de un fondo de mil millones de dólares para impulsar la creación de empleo en fabricación avanzada o industrias 4.0.

Para Cook, estas inversiones podrían provocar un “efecto dominó” dentro del mercado y crear a su vez empleos en el sector servicios. Espinosa explica que este tipo de inversiones pueden producir cambios en la cadena de valor, extendiendo la industria 4.0 a la distribución, debido al efecto de arrastre de la economía.

A pesar de que la creación de empleo es inherente a la relocalización, el hecho de que la industria 4.0 se base en el uso de nuevas tecnologías como la robótica, exige una serie de puestos altamente cualificados por lo que no necesariamente se crearán los empleos que Trump tenía previsto. El experto explica además, que el veto migratorio podría perjudicar al país en este sentido ya que el personal de alto nivel como ingenieros o analistas que estas empresas precisan suele estar formado por inmigrantes.

Por otro lado, Espinosa afirma que la relocalización no tendría por qué implicar una repatriación de las industrias a sus países de origen. En este sentido, las empresas apostarán por aquellos países industriales maduros que se adapten mejor a las nuevas tecnologías y a la industria 4.0.