Brasil ve la luz al final del túnel y, tras varios años plagados de dudas en el plano económico, ahora las expectativas son positivas bajo el nuevo Gobierno de Jair Bolsonaro. “El país está viviendo un momento clave y se prevé que la economía brasileña crezca un 2,4% este año”, asegura José Gasset, presidente de la Cámara de Comercio Brasil-España.



El pastel carioca se repartirá en los próximos años con un plan de privatizaciones de “30.000 millones de dólares a la venta”. Las empresas españolas podrán sacar tajada del saneamiento de las empresas públicas y una mayor apertura del comercio exterior. Solo en 2019, el ministro de Economía Paulo Guedes pretende recaudar unos 20.000 millones de dólares.

“También hay un ambicioso plan de desarrollo de infraestructuras con licitaciones en aeropuertos, carreteras o el propio sistema energético”, explica Gasset. La primera porción de la tarta se la ha llevado Aena, al hacerse la semana pasada con un contrato de gestión aeroportuaria por importe de 500 millones para los próximos 25 años.

El desembarco español en el gigante latinoamericano no pilla a las empresas desprevenidas. Acumulan en Brasil una experiencia de más de 20 años, favorecidas por una calidad de las instituciones y una seguridad jurídica que se han mantenido en el tiempo.

Con el nuevo Ejecutivo, la Cámara de Comercio espera que haya aún más estabilidad y certidumbre que permitan fructificar esas nuevas oportunidades y sigan avalando a España “como segundo país inversor por detrás de Estados Unidos, con más de 70.000 millones de dólares invertidos”.