Estados Unidos, Japón y la Unión Europea anunciaron el martes una alianza para combatir en la OMC el comercio desleal y pusieron a China como objetivo.

Aunque no mencionaron expresamente a ningún país, las tres potencias dijeron que batallarán unidas contra prácticas económicas, industriales, tecnológicas y comerciales que aplica China para ganar competitividad. Washington quiere castigar a China por subsidios a su producción, incluida la de acero y aluminio, y por no respetar los derechos de propiedad intelectual. El profesor de economía en ICADE, Gonzalo Gómez Bengoechea, señala que el movimiento de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón no es una sorpresa. Apunta que las tres potencias no se sienten cómodas con la forma en que la OMC trata a China y entienden que es permisiva ante el capitalismo de estado chino.



Entre esas acciones mencionaron el financiamiento gubernamental de la expansión de la capacidad productiva, subsidios en grandes mercados, empresas estatales y forzosas transferencias de tecnologías exigidas a las empresas que se instalan en esos países.

La segunda jornada de la XI Cumbre de la OMC sigue sin acuerdos en ninguno de los temas en debate. De hecho, la cita puede concluir hoy sin una declaración final.

Los temas de agricultura y de pesca siguen siendo los más complejos, pero tampoco hay acuerdo en otros asuntos, como comercio electrónico, existencias públicas, micro pymes e inversiones. El portavoz de la OMC, Keith Rockwell, no espera ya muchos avances. Más optimista se muestra la presidenta del encuentro, Susana Malcorra. Por su parte, la secretaria de Estado de Comercio de España, Marisa Poncela, insiste en que hay que luchar contra el proteccionismo.

El Reino Unido ha señalado que espera adquirir un papel "más importante" frente a la Organización Mundial del Comercio (OMC), una vez salga de la Unión Europea (UE) y prometió "respetar" sus obligaciones con los miembros del organismo.

Decenas de empresarios y autoridades políticas de todo el mundo apostaron en Buenos Aires por potenciar el diálogo entre el sector público y el privado con el fin de eliminar las barreras que afectan al comercio internacional y articular un marco normativo adaptado a la globalización.