Se trata de una presunta trama que ha investigado la Audiencia Nacional, donde las cantidades recaudadas por una conocida asociación “se distraía entre las sociedades creadas al efecto por sus dirigentes con la finalidad última de beneficiarse personalmente”, como dice textualmente el juez.

Aprecia delitos de estafa, extorsión, amenazas, administración desleal, fraude en las subvenciones y pertenencia a organización criminal.

La supuesta entidad sin ánimo de lucro Ausbanc, ofrecía cobertura bajo la “defensa de los consumidores” a un grupo de personas, su presidente y 14 personas más según la resolución, para “la obtención de un beneficio económico ilícito de sus miembros”.

La instrucción aprecia presión a entidades contra las que la asociación tendría que luchar.

En lugar de proteger a los consumidores presuntamente coaccionaba a algunas entidades financieras, y todo cristalizaba en convenios publicitarios que enmascaraban la situación. Como apunta el CGPJ, el sindicato Manos Limpias actuaba a modo de instrumento para las coacciones.

Fruto de estas prácticas son al menos varios de los más conocidos procesos judiciales, como son los llamados caso Palma, caso Volkswagen, caso Sabadell, caso Banco Santander, caso Facua o caso Noos. En este último la retirada de la acusación contra la Infanta pretendía tener un coste entre los 2 y 3 millones de euros.

En conclusión, un desafortunado caso que sin duda menoscaba la confianza de muchos consumidores en aquellas organizaciones serias que defiendan sus intereses; y que es muy probable que conlleve graves consecuencias para sus responsables.