Japón vuelve a ser protagonista esta madrugada por los datos macroeconómicos y por la respuesta que el ministro de finanzas Taro Aso ha vuelto a dar a Donald Trump y a sus propuestas económicas. Asegura Aso que no harán concesiones en los acuerdos bilaterales si lo que Estados Unidos quiere es es eso. “Solo habrá negociaciones más flexibles si los acuerdos se firman con más países”.

En el apartado correspondiente a los datos, la inflación en Japón crece dos décimas. Es la tercera subida consecutiva y esto da cierto alivio al Banco central de Japón, que desde hace más de un año se afana en lograr precisamente que suban las precios para evitar la espiral deflacionista. Curiosamente, la mayor subida en esos precios se produce en educación, que creció un punto porcentual, seguido del aumento en la cultura y el ocio. El combustible, la luz y el agua bajaron un 0,8%.

También en el país nipón esta mañana han publicado la producción industrial en marzo, que muestra un retroceso del 2,1% respecto a febrero. La tasa de paro se mantiene estable en el 2,8%, y el gasto por hogar disminuye. De hecho caen los ingresos medios por hogar un 1,4%, lo que hace pensar que se producirá un retroceso el próximo mes en el consumo y esto puede volver a afectar a la inflación, que podría caer. Para evitarlo, el gobierno trabaja a marchas forzadas con las grandes empresas del país de cara a pactar una subida salarial que permita a su vez que el consumo, que representa el 60% del PIB del país, aumente.

Dentro del ámbito empresarial, la atención se centra en Sinopec. La mayor petrolera asiática ha dado luz verde a la realización de un spin-off de la unidad minorista Sinopec Marketing. Planea vender el 10% de su capital social en una salida a bolsa que, presumiblemente, se producirá en Hong Kong. Los ingresos los utilizará la compañía para mejorar el desarrollo de combustibles e invertir en negocios emergentes. El acuerdo aún está pendiente de aprobaciones de accionistas y reguladores.