Japón encadena su mayor crecimiento en una década pero no impide una caída cercana al punto y medio porcentual en el Nikkei. En China, la regulación frena la subida en el precio de la vivienda pero trae de cabeza a los inversores. Además, la Comisión de Reformas da luz verde a 20.400 millones de dólares en inversiones que comenzarán a gastarse desde hoy, y que ya se aprobaron en abril.

Respecto a Japón, el crecimiento del PIB en el primer trimestre (en términos interanuales) fue del 2,2%, con una subida de medio punto porcentual respecto al último trimestre de 2016. Es el mayor crecimiento en una década y además está logrando que el consumo aumente. De hecho, creció ese consumo en cuatro décimas entre enero y marzo, algo que el gobierno espera que siga ocurriendo durante todo este año. Buena parte del crecimiento económico se atribuye también al programa de estímulos del Banco Central de Japón, y alguno de sus miembros duda de que ese sea el camino correcto. Kikuo Iwata, uno de los miembros del BoJ (Bank of Japan), ha vuelto a disentir del programa expansivo que lleva a cabo la institución a la que pertenece. No es la primera vez, pero Iwata insiste en que deberían recortar las inyecciones de liquidez y tratar de reordenar la economía. En una entrevista a un medio nipón, este miembro del BoJ cree que debe acometerse una subida salarial cuanto antes, aprovechando el nivel de las exportaciones de las empresas japonesas, y de esta forma situar al consumo como impulsor del crecimiento y la inflación.

En China, los precios de la vivienda crecen en 58 de las 70 ciudades donde se realiza esta encuesta cada mes. Pese a que las subidas se producen en numerosos puntos del país, la realidad es que el Gobierno ve con buenos ojos este dato, porque en marzo el creceimiento se dio en 62 ciudades. Bajan los precios sobre todo en urbes más pequeñas, y sigue subiendo en las dos zonas económicas especiales, Shanghái y Shenzen. En la tercera zona económica, de momento acotada en unos 200 kilómetros cuadrados, los precios no se mueven porque están congelados, igual que la venta de inmuebles.

Precisamente en China, el Comité Regulador del Mercado está preocupado con la falta de confianza por parte de los inversores, que consideran ahora demasaido complicado invertir en acciones de las bolsas locales. Un recelo que viene por las fuertes medidas que el regulador ha introducido desde la caída bursátil del verano de 2015, aunque ahora se plantean justo lo contrario, abrir la mano para fomentar la inversión de nuevo.