El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, ha anunciado a su gabinete un paquete de medidas de estímulo económico de unos 2 billones de yenes (17.800 millones de dólares) para finales de año. Un paquete que debe centrarse en partidas sociales, como la educación o el cuidado infantil, y otro tipo de estímulos, como las inversiones corporativas que mejoren la productividad.

Al mismo tiempo, Abe anuncia el adelanto de las elecciones, que podrían celebrarse entre el 22 y el 28 de octubre, antes de la visita del presidente estadounidense Donald Trump prevista para noviembre. El primer ministro confirma que disolverá el parlamento el 28 de septiembre, aprovechando la mejora de su popularidad, que ha subido al 50% desde el 30% del mes de julio, y la desorganización de los partidos de la oposición.

El paquete de estímulo podría ser una forma de atraer a los votantes durante la campaña electoral en un momento en que también llegan críticas por crear un vacío político en medio de las preocupaciones sobre Corea del Norte. Con este movimiento el primer ministro nipón también estaría intentando esquivar los escándalos de amiguismo, aunque podría perder asientos en la Cámara Baja del Parlamento por las reformas promulgadas en los últimos años. Además, fuentes locales informan de que la plataforma electoral de Abe mantendrá la promesa de elevar un 10% el IVA desde el 8% para 2019.

Una encuesta reciente del diario Nikkei muestra que el 44% de los votantes tienen previsto votar por el Partido Liberal Demócrata de Abe, frente al 8% que apoya al Partido Demócrata y otro 8% que apoya al Partido de la Esperanza de la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike.