Iberdrola ha presentado un resultado operativo bruto, EBITDA, un 17% mayor y alcanza los 4.436 millones de euros en los seis primeros meses del año. La mejora se produce gracias a la consolidación plena de su negocio brasileño Neoenergía, pero también a la recuperación de la producción hidroeléctrica tras la adversa meteorología del año pasado. El EBITDA se ve lastrado 7 puntos porcentuales por el tipo de cambio que es del 24% si se excluye el efecto de la variación del precio de la divisa.

Sin embargo, el beneficio neto baja un 7,1% a 1.410,5 millones al distorsionar la comparativa varios elementos extraordinarios como el dividendo recibido por la fusión de Gamesa con la división eólica de Siemens. "Durante el pasado ejercicio se incluyeron 442 millones de euros de partidas extraordinarias positivas después de impuestos correspondientes a la operación Siemens-Gamesa y a la revisión efectuada de los precios de la cartera de contratos de gas en España", ha dicho Iberdrola en una nota de prensa.

El grupo vasco ha destacado que los resultados se encuentran alineados con los objetivos previstos para el conjunto del año, que pasan por alcanzar un EBITDA superior a los 9.000 millones de euros y un beneficio neto próximo a los 3.000 millones. También espera ajustar la retribución de los accionistas en línea con los resultados y poder seguir incrementar el dividendo.

El 86% del plan de inversiones 2018-2022 de la compañía están ya "en construcción o asegurados", lo que supone un incremento del 13% desde febrero. La inversiones netas del primer semestre han sido de 2.478 millones de euros, casi el 80% destinados a renovables y redes. También aumentan sus ingresos en un 17,5% con respecto al mismo periodo del año anterior.

Iberdrola

Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, ha respondido por teleconferencia a otras cuestiones  que están afectando al negocio. En cuanto a la expansión del negocio en Brasil ha desmentido que haya una oferta sobre Cepisa, una de as distribuidoras estatales que sale a concurso este jueves.

También ha remarcado la sintonía con el nuevo Gobierno con el que ya se ha reunido en un par de ocasiones y que le transmite una verdadera voluntad para cambiar tanto la política como el enfoque de la transición energética.

Para Galán es también posible lograr que en 2030 el 70% de la energía eléctrica sea producida de forma renovable incluso con una reducción potencial del coste de la generación de energía. Así como el cierre de las plantas nucleares, que supondría además una inversión de entre 70.000 y 80.000 millones y varios cientos de miles de puestos de trabajo