Esa es la conclusión de la última misión del organismo en el gigante asiático. El valor del yuan ha sido durante años fuente de tensión entre China y sus socios comerciales, fundamentalmente Estados Unidos, que acusaban a Pekín de mantener su divisa artificialmente baja, dándole así una indebida ventaja competitiva a las exportaciones de este país. El gigante asiático, que mantiene un control sobre la cotización de la divisa, siempre negó esas acusaciones.

"Nuestra evaluación en el día de hoy es que la apreciación sustancial y efectiva en el último año ha llevado la tasa de cambio a un nivel en el que ya no está subvaluado" el yuan, indicó el FMI en un comunicado, tras una misión en el país asiático.

El renminbi se revalorizó el año pasado frente a un dólar debilitado, alcanzando un valor de 6,0406 yuanes por dólar en enero de 2014, aunque volvió a subir hasta situarse en torno a 6,20 yuanes. El FMI celebró esa modesta apreciación, aunque pidió a Pekín más flexibilidad respecto a su divisa.

El yuan fluctúa respecto al dólar dentro de una horquilla determinada a diario por el banco central chino. EEUU se considera perjudicado y un miembro del Tesoro insiste en que la moneda está muy devaluada. Pekín espera que su moneda integre la cesta de divisas que define los derechos especiales de giro, compuesta hasta ahora por el dólar, el euro, la libra esterlina y el yen. EEUU también se opone a la entrada del yuan en ese mecanismo.

En enero, la compañía financiera Swift anunció que la moneda china había ascendido al quinto lugar de las divisas más utilizadas para los pagos internacionales. En enero de 2013, el yuan sólo ocupaba el 13º puesto en esa clasificación.