La economía japonesa se contrajo un 1,7% en términos interanuales en el segundo trimestre del año. La subida de impuestos ha afectado al consumo más de lo que se esperaba, pero también a la inversión empresarial, que ha recortado un 5,1%.

El dato reaviva las expectativas de nuevas medidas de estímulo que intenten animar la economía. El ministro de economía, Akira Amari, reconoció la pasada semana que estaba estudiando algunas opciones.