Por Carmen González Bascarán

Detrás de todo corredor hay una gran familia. Esos apoyos incondicionales que sufren tanto o más que los runners las carreras y los entrenamientos. Rutinas, manías, costumbres y hábitos a los que no sólo el corredor tiene que adaptarse, sino también la gente de su entorno. Por eso, a veces no es tan fácil convivir con un runner.

Así nos lo han contado los familiares de corredores empedernidos. Lis es pareja de Víctor, un apasionado por el triatlón que dedica muchas horas a sus entrenamientos. Pero, según nos ha confesado ella, "los entrenamientos son lo peor, porque si por ejemplo nos vamos de vacaciones hay que adaptarse y dejar tiempo para salir a correr". En definitiva, esa dedicación a veces no es nada fácil de llevar, porque acaba afectando a los planes, a los horarios e incluso al estado de ánimo.

LEE AQUÍ MÁS NOTICIAS SOBRE RUNNING

El truco está en "entenderse con tu pareja y con tus hijos para que comprendan que necesitas tiempo para tus entrenamientos", según nos cuenta Marcos, padre de dos niños pequeños y corredor popular. Tanto el runner como las personas de su alrededor deben ceder en ciertos aspectos para poder establecer unos horarios conjuntos con los que todos puedan estar a gusto, y así poder seguir pasando tiempo juntos sin dejar de hacer lo que a cada uno más le gusta.

Y por supuesto está el dilema de los hijos. Cómo organizarse, con quién dejarlos y cuándo sacar un hueco para ir a correr. La mejor alternativa que nos da Marcos es "aprovechar mientras ellos están en el colegio o en una actividad extraescolar para salir a correr". ¡Se trata de exprimir las horas del día al máximo!



Otro de los aspectos que más sufren las familias de los runners son los nervios previos a una carrera. Esa adrenalina, esos nervios y esas ansias hacen que a veces el corredor sea difícil de tratar. Juanjo, marido de Sonia, corredora desde hace cinco años, nos aconseja que en esas circunstancias lo mejor que podemos hacer es apoyar en la lejanía, "dejarle 'a su aire' hasta que se tranquilice", pero sin dejar de demostrar que pueden contar contigo.

LEE NUESTRA SECCIÓN DE VIAJES: EL RUNNER VIAJERO

Porque, al final, de eso es de lo que se trata. Lo mejor de una carrera es saber que tienes a alguien que te espera en la meta y te vitorea al otro lado de las vallas. Incluso esos ánimos ayudan a sacar ese “plus” de fuerza para dar una zancada más o acabar con un mejor tiempo.

Definitivamente, todos estos familiares nos han ayudado a entender que la familia y los amigos acaban siendo ese complemento indispensable que ayudan a terminar mejor una carrera o un entrenamiento. Así que ya sabes: si te mueres por correr, hazlo, pero recuerda también dejar un hueco para pasar tiempo con las personas a las que quieres.

Escucha también el reportaje en audio: