Ya conocemos el borrador de la importante norma que va a regular la desconexión de Reino Unido de la Unión Europea. Es una ley especial, que como pocas va a generar polémica y discusiones en el Parlamento.


Esperamos un número de conflictos realmente grande y a estas alturas, con apenas horas de vida, ya han mostrado su disgusto tanto los representantes de Escocia y Gales como tantos defensores de los derechos fundamentales.


Vamos a ser espectadores de un repaso de todos los temas sobre los que hay que pronunciarse en materia de dicha salida y cuando la división del Parlamento y la debilidad de May es evidente, la polémica está servida.


Este borrador lo que hace es sentar las bases para discutir la postura del Reino Unido en tantos y tantos aspectos. Será algo así como seleccionar aquello en lo que se alinea con la solución continental, incorporándolo a su derecho más allá de la norma ahora derogada del año 1972, y descartar lo que no le interese, con las consecuencias que pueda tener para todos (Unión Europea, ciudadanos británicos, no nacionales, etc, etc…).


En medios jurídicos se subraya que los temas políticos son una cosa y las soluciones legales otra distinta. Pues bien, aquí hay mucho trabajo político para llegar a acuerdos y en todo caso hay que hacer un repaso de arriba debajo de todo el cuadro legal británico. Se vislumbra un esfuerzo inmenso mientras los profesionales de la administración británica se han quejado desde los inicios de la falta de medios.


En definitiva, siempre habrá leyes y leyes. Y esta norma alumbrará un capítulo nuevo de la historia que producirá, sin dudarlo, no solo grandes enfrentamientos en el Parlamento y sacudidas al Gobierno, sino muchas, muchas reclamaciones de ciudadanos y empresas afectadas por el próximo enfoque.