Esto no solo está al alcance de los mayores gigantes económicos, sino que muchas empresas grandes e incluso medianas tienen facilidades para realizarlo con éxito. Hasta una pequeña empresa, con la correcta planificación y ejecución, podría llegar a tener éxito, siempre y cuando asuma los riesgos, invierta el esfuerzo necesario y sume a la suerte unos pasos dados con cuidado y buen juicio. No se puede hacer el suficiente hincapié en esto, pues no basta con lanzarse a la aventura, sino que hay algunas precauciones básicas a tener en cuenta.


En este artículo vamos a enumerar los principios más elementales que se deben tener en cuenta, aunque debes tener claro que sería imposible resumir en un solo artículo todo lo que debe contemplarse. Así pues, la recomendación es que tomes estas líneas como un punto de partida; unas premisas indispensables con las que dar los primeros pasos.



Las molestas limitaciones del lenguaje


Evidentemente, no se puede llegar muy lejos en los negocios internacionales a no ser que se puedan manejar varios idiomas. Esto no quiere decir que tú debas conocer de primera mano y a un nivel experto las lenguas de todos los países donde desees tener presencia, claro está, si bien un cierto manejo es muy deseable. Lo que sin duda es necesario es contar con intérpretes y traductores que sí cuenten con un nivel elevado.


Ambos tienen la función obvia de facilitar las comunicaciones entre compañías y directivos de distintos países, pero hay algo más a tener en cuenta, y es que muchos de los documentos que es necesario redactar o formalizar para hacer negocios a nivel internacional requieren de un tipo específico de traducción. Esta es la traducción jurada, cuyos redactores necesitan de unos conocimientos y capacitaciones determinados de los que suelen carecer los traductores de documentos generales. Protranslate.net - Agencia de Traducción Jurada Online es una de las agencias en línea que ofrecen esta clase de servicios, además de brindar más información al respecto de esta clase de documentos.



La importancia de ampliar y delegar


Cualquier expansión de un negocio requiere, de forma inevitable, la debida inversión en diversos aspectos clave. Un aumento tan descomunal de la actividad como es el que se busca al rebasar las fronteras de un país conlleva que se aplique esta necesidad de una manera también mayor. La forma de hacerlo depende mucho del tipo de negocio, de los objetivos y planes de la empresa, del ritmo al que se prevé que estos se desarrollen y de muchos otros factores.


Por ejemplo, una empresa productora habrá de incrementar sus niveles de producción, pues no tendría sentido buscar una mayor demanda sin poder cubrirla con nuestra oferta. Tampoco sería lógico establecer nuevos contactos con otras compañías si al hacerlo no nos cercioramos de que nos será posible mantener dichos contactos de forma adecuada y constante. Y por supuesto, nunca hemos de creer que somos capaces de ocuparnos de todo aún cuando vemos que la carga de trabajo que se nos viene encima pesa demasiado como para que la sostenga una sola persona, o un número insuficiente de ellas. Aquí entra en juego esa segunda necesidad que mencionamos: delegar. Dividir las responsabilidades entre un número razonable de individuos e incluso, en algunos casos, poner determinadas funciones en manos de otras empresas asociadas o contratadas por la nuestra.



Adaptación a las diferentes culturas, mercados y sectores


Este es un grave error que se comete a menudo cuando se da el paso de las actividades nacionales a las internacionales: olvidar que en cada tierra hay una forma de ver las cosas distinta. En unas ocasiones estas diferencias son fáciles de ver, aunque no tanto de asimilar. En otras, no están tan claras, al menos no desde fuera. Sea como fuera, cada sector, cada espacio y cada mercado debe recibir un tratamiento acorde a sus particularidades.


Para ello se puede confiar en personas que ya forman parte de la empresa y que estén capacitadas para pasar a encargarse de las funciones de gestión o representación en el país al cual deseamos expandir nuestra actividad, siendo posible en función del tipo de negocio y del grado de avance en los planes de expansión que deba viajar con regularidad a aquél país o, incluso, establecerse en él de modo permanente, o buscar socios que ya residan en dicho país. Estos socios pueden ser profesionales que pasarían a formar parte de nuestra empresa, o compañías ya establecidas con las que se establezcan relaciones.
En cualquier caso, lo más importante es poner los medios para que nuestra actividad en ese nuevo entorno se adapte a sus idiosincrasias, lo que nos permitirá acceder con mayor éxito a los sectores o mercados objetivo.