El propio Ved cuenta lo que pareció una alucinación, cuando estaba rebuscando dominios a la una y media de la madrugada del lunes, en un post de linkedin.
Encontró en la pantalla como disponible www.google.com, con la cara feliz verde, en lugar de gris triste que marca la indisponibilidad del dominio.
¿Que cuánto costaba comprar el dominio? ¡12 dólares!
"Pensé que eso sería un error, pero pinché en el carrito de la compra ¡y entró! Pagué sin problema" Lo que ocurrió después fue vertiginoso: se actualizó su consola de búsqueda de Google, y empezó a ver mensajes de los sitios web asociados y a recibir mensajes dirigidos al propietario del dominio google.com. Tenía los controles como webmaster.
En pocos segundos, su buzón de correo electrónico se llenó de mensajes con información interna de la compañía, que más tarde enviaría al equipo de seguridad de Google.
El episodio duró 60 segundos. Dominios Google canceló la venta el minuto después, diciendo que alguien había registrado el sitio antes de que pudiera cerrarse la operación y le reembolsaba a Ved los 12 dólares que había pagado. Durante un minuto, fue el auténtico dueño. En Google se ha abierto una investigación interna sobre lo sucedido.
