El Nikkei japonés cierra el mes de septiembre en 20.335 puntos, su mejor marca del año, a pesar del descenso experimentado este viernes. Septiembre ha sido un buen mes para los índices bursátiles en Asia y Pacífico, que han registrado sólidas ganancias contrarrestando las preocupaciones geopolíticas y la escalada de tensión entre Corea del Norte y Estados Unidos.

En cuanto a los datos de la mañana, el IPC de Japón, que excluye los alimentos por su alta volatilidad, sube en agosto un 0,7% interanual. Supone el octavo avance consecutivo de la inflación en el país y el dato está en línea con lo esperado. Mantiene la progresión que inició en enero, cuando el IPC experimentó la primera subida en 13 meses. Sin embargo, todavía está lejos de alcanzar el objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón. Respecto a julio, el repunte ha sido de un 0,1%. El encarecimiento del combustible, el agua y la luz, del 5,2 por ciento interanual, ha sido el principal factor que ha contribuido al alza. Los retrocesos más destacados se han producido en transporte y comunicaciones.

Por otro lado, supera las previsiones el dato de producción industrial en Japón, que ha crecido un 2,1% en agosto respecto al mes anterior. Han tirado, sobre todo, los fabricantes de equipos de construcción, automóviles y piezas electrónicas. El crecimiento interanual ha sido de un 5,4%.  Mientras que la tasa de desempleo de Japón se mantiene en el 2,8 por ciento en agosto, la misma cifra que los dos meses precedentes. También se ha publicado el dato del gasto de los hogares, que vuelve a retroceder en agosto (un 0,8%) mientras que los ingresos medios por hogar repuntaron un 0,2%.

En Corea del Sur, la producción industrial avanza un 0,4% en agosto gracias al incremento de los semiconductores y los dispositivos electrónicos. Supone una ralentización tras la mejora del 1,7% que experimentó en julio. Los fabricantes de semiconductores incrementan en un 12,4% su producción en agosto y la de componentes electrónicos crece un 5,5%. El notable avance en la industria de chips se debe al empuje en la demanda, impulsada por los nuevos modelos de teléfonos inteligentes de Samsung y Apple.