El vicepresidente y heredero de Samsung, Lee Jae Yong, será interrogado como sospechoso en el caso de la rasputina, uno de los mayores casos de corrupción de Corea del Sur.

Cada vez son más los implicados en esta trama, que supone uno de los mayores escándalos políticos de la historia asiática. Primero, el caso ha llevado a la presidenta de Corea del Sur, Parke Geun Hye, a ser destituida por el parlamento. La presidenta surcoreana explicó el 25 de octubre que aceptaría cualquier investigación de los fiscales y abandonaría su cargo como presidenta.

Los fiscales sospechan que el heredero de Samsung habría ofrecido apoyo económico a la confidente de Park, Choi Soon Sil, a cambio de favores relacionados con la empresa. Está acusada de extorsión y soborno, con la complicidad de la presidenta. La imputada habría extorsionado a grupos empresariales, entre ellos Samsung, para que donaran unos 62 millones de euros a dos fundaciones, controladas de facto por Choi.

El heredero de Samsung niega que hubiese donado dinero a cambio de favores a Choi. El caso también tiene que ver con la hija de Choi y sus aficiones a la hípica. La fiscalía cree que dio apoyo financiero para que se dedicara a la hípica en Alemania y adquiriera caballos. Precisamente la hija de la rasputina fue detenida en Dinamarca por instancia ilegal en el país y las autoridades danesas han anulado su pasaporte este martes.

Se baraja que la presidenta surcoreana presionara al Sistema Nacional de Pensiones para que apoyara a Samsung en su fusión con Cheil Industries en 2015. Eso sí, a cambio de que la compañía respaldara económicamente a la rasputina. Se sospecha que Samsung entregara 2.8 millones de euros a una de las compañías de las que Choi era propietaria, pero que todavía se desconoce el nombre. Lee desmiente las acusaciones y asegura que la fusión de Samsung y Cheil indutries solo buscaba beneficiar a ambas compañías.