El FMI advierte a los gobiernos de Europa: deben pasar a la acción. El organismo considera que el crecimiento económico europeo es fuerte, gracias sobre todo a la demanda doméstica. Pero, a pesar de ello, los gobiernos no están aprovechando el buen momento para reducir su deuda e implementar reformas.

La institución presidida por Christine Lagarde prevé que el crecimiento de las economías europeas avanzadas, sobre todo en la eurozona, se ralentizará hasta un 2,3% este año, una décima menos que en 2017. En los buenos momentos económicos, sin embargo, dice el FMI, “el esfuerzo para realizar reformas estructurales y ajustes fiscales está flaqueando”.

Teniendo en cuenta que las perspectivas económicas a corto plazo y que a medio plazo son algo “menos brillantes”, los mandatarios “deberían aprovechar el momento para hacer hueco a maniobras fiscales y empujar adelante con reformas que permitan impulsar el potencial de crecimiento”, insiste el FMI.

A pesar de la fortaleza del crecimiento, algunas de las mayores economías de la Eurozona, como Francia, Italia o España, no se han apresurado a reducir sus déficits fiscales como sí han hecho otros. Así lo apunta el Fondo, que confía en que “de este modo, los estabilizadores automáticos y los estímulos fiscales pueden desplegarse de nuevo y se podría materializar un descenso de los riesgos”. “Además”, continúa, “estabilizar y reducir la deuda pública ayudaría a las economías a lidiar mejor con las presiones de los gastos crecientes en pensiones o en Sanidad”.