El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha pedido a Credit Suisse pagar entre 5.000 y 7.000 millones de dólares por la investigación que se está llevando a cabo sobre la venta de productos hipotecarios tóxicos al inicio de la crisis financiera en 2008. El coste para el banco podría ser mayor a lo que analistas habían esperado.

“Credit Suisse confía en poder alcanzar una mejor solución”, ha asegurado una persona con conocimiento en estas discusiones, según Reuters. Si las negociaciones se rompen, las autoridades de Estados Unidos podrían demandar al banco.

La semana pasada, la Fiscal General estadounidense, Loretta Lynch, se reunió la semana pasada con el presidente ejecutivo del banco. Por este motivo, la posible resolución podría llegar esta semana.

La sanción se genera en una iniciativa del 2012 lanzada por el presidente Barack Obama para hacer responsables a los bancos de vender deuda hipotecaria al mismo tiempo que engañaban a los inversores sobre los riesgos, una práctica que provocó la peor crisis económica desde la década de 1930.

La multa, que para los bancos estadounidenses alcanzó los 46.000 millones de dólares causaría otro revés para las entidades europeas. Muchas permanecen frágiles, con escaso capital, tras la crisis financiera.