Su presidente ejecutivo, John Cryan, ha puesto en marcha la mayor reestructuración del banco en más de una década. Tomó las riendas el pasado mes de julio y quiere renovar la imagen del banco dañada, entre otras cosas, por la multa récord de 2.500 millones de dólares que le impusieron las autoridades del Reino Unido y Estados Unidos por manipular el Libor.

El mayor banco de Alemania va a dividir en dos filiales su banca de inversión. Las actividades de su filial de Banca Corporativa y Valores (Corporate Banking & Securities en inglés) formarán una nueva división denominada Mercados Globales (Global Markets).

El negocio de financiación corporativa de banca de inversión formará junto con su unidad de Banca de Transacciones Globales (Global Transaction Banking) una nueva división denominada Banca Corporativa y de Inversión (Corporate & Investment Banking).

Garth Richie, actual responsable de renta variable, tendrá responsabilidad en el consejo de administración de la nueva unidad de Global Markets. Quintin Price también se unirá al consejo y liderará el negocio de gestión de activos. Deja el banco el actual responsable de este área, Michele Faissola. Stephan Leithner, Stegan Klause y Henry Ritchotte también dejarán el consejo.

El objetivo es simplificar su actual "complejidad directiva", hacerla más acorde a las "necesidades del cliente" y también a las exigencias de los órganos supervisores. En un comunicado, Cryan asegura que quieren un banco mejor controlado, con menores costes y más enfocado a dar valor a los accionistas a largo plazo.

Hace unas semanas adelantó fuertes pérdidas en el tercer trimestre de 6.000 millones de euros antes de impuestos y advirtió de un posible recorte de dividendo.

El banco presentará su estrategia para reducir gastos e impulsar la rentabilidad el próximo 29 de octubre.