El comportamiento del Índice Crédito y Caución de Incumplimiento en el conjunto de 2017 muestra un incremento interanual de los niveles de impago en España del 10,3%. El comportamiento de los impagos entre empresas en el ejercicio está en línea con 2016, que marcó el primer empeoramiento desde 2012.

El Índice de Incumplimiento, elaborado por la aseguradora de crédito líder del mercado español, señala el signo y la intensidad de la evolución de los impagos que sufre el tejido empresarial ante la evolución del entorno económico. El estallido inicial de la crisis provocó en 2008 una ola de impagos que multiplicó por tres los niveles soportados por el tejido empresarial. A lo largo de la última década, este índice ha mostrado un comportamiento de dientes de sierra fruto de la evolución del entorno de negocio, el acceso a la financiación bancaria y la prudencia en la gestión del crédito al cliente en el B2B: mejoría encadenada de los niveles de impago en 2009 y 2010, empeoramiento en 2011 y 2012 y nueva mejoría entre 2013 y 2015. En el segundo trimestre de 2016, por primera vez en 13 trimestres, los niveles medios de impago soportados por la empresa española mostraron un cambio de signo que quedó confirmado de forma clara en el tercer y cuarto trimestre. El ejercicio 2017, ha tenido una evolución similar. 
 
El comportamiento de la concursalidad que llega a los juzgados está en línea con este aumento de los niveles de impago en las operaciones B2B. De acuerdo con el seguimiento de Crédito y Caución, el dato acumulado a lo largo de 2017 supone un empeoramiento del 8,3% de las insolvencias judiciales frente al año anterior. Desde 2014 hasta junio de 2016, la concursalidad registró una mejoría sostenida. Sin embargo, la segunda mitad de 2016 ya anticipó un posible cambio de tendencia y España cerró finalmente el ejercicio ligeramente por encima de los 5.000 nuevos procesos concursales, niveles de insolvencia judicial muy por encima de los 1.000 casos anuales previos a la crisis. A pesar de la mejoría registrada de 2014 a 2016, el número anual de insolvencias en España sigue siendo cinco veces el nivel de 2007, el más alto de los países de nuestro entorno.