El presidente de Thyssenkrupp, Ulrich Lehner, ha dimitido tras la renuncia hace diez días de su consejero delegado, Heinrich Hiesinger. La salida de Lehner deja un vacío de liderazgo y confusión en la compañía de ascensores, con Guido Kerkhoff recientemente nombrado jefe ejecutivo. Las presiones de los accionistas, que piden una reestructuración radical en la empresa, han precipitado su caída.

El empresario, de 72 años, declaró que ya no se siente apoyado para defender los intereses de la empresa. “Doy este paso conscientemente”, anunció Lehner, quien dice ponerse a un lado para permitir a los accionistas discutir el futuro de Thyssenkrupp. “Una ruptura de la empresa y la pérdida de los empleos relacionados no es una opción”, añadió el presidente en un comunicado.

Tras cerrar el acuerdo con la empresa india Tata Steel el 30 de junio, el consejero delegado de Thyssenkrupp, Heinrich Hiesinger, renunció a su cargo por las presiones de los accionistas, quienes no respaldaron el acuerdo por no ser tan ventajoso como se esperaba. Estos acontecimientos provocaron el descontento inicial y precipitaron la posterior caída de su presidente.

Ulrich Lehner, que fue nombrado presidente de Thyssenkrupp en 2013, fue el candidato de la Fundación Alfried Krupp, mayor accionista de la empresa con un 21%.

Los administradores de la fundación han sido criticados y presionados por los inversores activistas Cevian y Elliott, que han pedido una revisión de estrategia y cambios en la empresa más allá de lo que Hiesinger estaba preparado para hacer.

El presidente de la fundación Krupp había estado hablando con el mayor accionista de Kone para una potencial fusión de sus negocios de ascensores. La idea había sido relanzada por el propio Hiesinger.

No está claro si las salidas de Lehner y Hiesinger pueden conducir a medidas más radicales en la estrategia de Thyssenkrupp. Los principales accionistas, Cevian y Elliott, no quieren hablar todavía al respecto.