No hemos de pasar por alto el esfuerzo de la CNMV por facilitar el asentamiento en nuestro país de empresas del ámbito financiero, que se vean afectadas por la decisión del Reino Unido de abandonar el marco de la UE.

Se trata de despejar las dudas y la fama de complejo del sistema en España y dar un paso adelante, creando un programa de bienvenida que facilite el establecimiento en un terreno regulado.

Los procesos de autorización para operar suelen ser farragosos y contar con una supervisión carente de sensibilidad puede frustrarlo. Por eso, junto a la atención en su propio idioma, y la admisión de la documentación en formato electrónico, se crea una línea rápida de preautorización que se produce en un plazo de 2 semanas.

En cuanto al proceso por completo, se comprometen a que dure solo dos meses si se cumplen los requisitos solicitados.

Además, la CNMV declara que va a ser lo suficientemente sensible como para aceptar los modelos internos sobre las necesidades de capital que soporten el riesgo que el mercado le suponga.

Otro punto fundamental es el reconocimiento del papel de las delegaciones y externalizaciones, siempre que éstas sean responsables y permitan el acceso a la información utilizada.

En definitiva, es una buena iniciativa. Ya me gustaría que hubiera más compromisos como éste de resolver los expedientes en plazos tan cortos en el campo de lo regulado.

Veremos el resultado de esta apuesta por facilitar el acceso al mercado desde España en medio de este Brexit que se vislumbra blando.

Por: Arcadio García Montoro