La comparecencia del presidente chino, Xi Jinping, esta madrugada, sirve de puente para evitar una escalada en la tensión que están protagonizando los dos grandes gigantes económicos del mundo; China y Estados Unidos. El Gobierno asiático se muestra favorable a valorar la propiedad intelectual de las empresas norteamericanas y abrirá la mano frente al sector automovilístico. Pedro Nueno, profesor de Iniciativa empresarial del IESE y profesor y presidente de CEIBS, explica en capital radio los motivos del giro político de Xi Jinping.



Lo que cabe esperar de esta acción tan contundente y poco negociada de EEUU será un planteamiento en el que China trate de responder de forma consensuada. En ese sentido, Nueno explica que en el gigante asiático existen numerosas empresas americanas, que "a buen seguro tratan de explicar a Washington que los aranceles podrían estropear su nivel empresarial y lo conseguido en los últimos años".

En todo caso, Pedro Nueno admite que, al final, "terminará por abordarse algún tipo de arancel", pero confía en que será algo prudente. Una negociación que no ha hecho más que comenzar, y que en realidad terminará cuando los empresarios presionen para conseguir un equilibrio comercial en ambos extremos del mundo.

Para Nueno, una de las claves de que Donald Trump conserve su popularidad en la presidencia es que muchos de los votantes no miran al panorama internacional, sino que se basan en sus emociones y en lo que esperan "de la defensa comercial de su país". "Lo importante para ellos", explica Nueno, "es notar que su presidente sitúa a su país por delante de todo lo demás, sin importar las consecuencias".

Respecto a la tan anunciada guerra comercial, Pedro Nueno cree que no la hay "y tampoco la habrá. Todo tiene que ver con el estilo negociador de Trump, que pasa por lanzar amenazas". Además, permitir que Donald Trump sumerja al país en una guerra comercial sería un varapalo económico, en primer lugar, para la propia economía estadounidense.