A las 10 de la mañana vuelve a reunirse la mesa negociadora del ERE que pesa sobre casi 700 trabajadores de las fábricas de Alcoa en La Coruña y Avilés. La reunión no se celebró ayer después de que Alcoa aplazase la reunión con los sindicatos tras aducir que tenía un encuentro con el ministerio de Trabajo.



Las reuniones para dirimir el futuro de las fábricas se entrecruzan entre representantes de la multinacional y los gobiernos central y autonómico. De momento, la dirección de Alcoa mantiene su intención de echar el cierre en las dos fábricas aunque podría estar negociando una alternativa con el Gobierno.

La empresa aceptaría apagar los hornos de electrólisis de forma que se pudieran reiniciar. Mientras, se produciría aluminio desde la chatarra y lo desde la alúmina que se utiliza en el sistema de cubas de electrolisis, a la espera de la llegada de un posible inversor. Esto supondría que una parte mínima continuaría con el trabajo mientras el resto van a una supuesta bolsa de trabajo con indemnización.

Para José Manuel Casado, responsable de Política Industrial y Sectorial Industria CCOO, detener las series de electrolisis supondría su paralización casi definitiva y algo muy complicado desde el punto devista ténnico.

Es la única idea que hay de momento ante la propuesta del Ejecutivo de dar seis meses más de plazo para negociar el futuro de las dos plantas de Alcoa, pero Casado lamenta la falta de inclusión de los sindicatos en las negociaciones y la poca información que da la compañía estadounidense.