Largas colas para obtener los nuevos bolívares suficientes para comprar tres docenas de huevos. Ésa es la última imagen que nos deja Venezuela tras las medidas implantadas por Nicolás Maduro. Entre ellas, un nuevo plan de divisas que ha sumido a Venezuela en un caos económico.

Pero lejos de sumarse a las protestas organizadas por la oposición, los venezolanos decidieron este martes ir a trabajar cautelosamente por temor a represalias del gobierno y también por falta de fe en una oposición poco coordinada.

Las medidas radicales que ha implantado el gobierno han causado una creciente confusión entre los venezolanos. Y no es para menos: la cura de Maduro contra la inflación ha pasado por borrar cinco ceros del bolívar, de modo que el nuevo Bolívar Soberano equivale a 100.000 bolívares antiguos.

Con la inflación precipitándose hacia el millón de dólares y el hambre extendiéndose a nivel nacional, el presidente Nicolás Maduro delineó el pasado viernes un plan radical destinado a romper el ciclo. Entre los cambios: la devaluación oficial de la moneda en alrededor del 90% y el aumento del salario mínimo en un 3000%.

Maduro asegura que estas acciones tienen como objetivo una recuperación, pero la oposición, los economistas y los empresarios dudan de su eficacia y temen que la crisis se agrave. El país lleva cinco años en recesión y padece una hiperinflación.

Con la perspectiva negativa que auguran los economistas, ha cundido el pánico: los venezolanos corrieron a los supermercados y estaciones de servicio para abastecerse de las necesidades, mientras que algunos empresarios consideran cerrar sus negocios definitivamente.

Este martes la gente hizo largas colas para obtener los nuevos billetes en cajeros automáticos, donde reciben apenas lo suficiente para comprar tres docenas de huevos. La mayoría de los supermercados, panaderías y centros comerciales operaban, con unos dueños confusos intentando calcular los nuevos precios.

Bajo el plan de devaluación, 3.600 nuevos bolívares equivalen a un petro, una moneda digital que Maduro creó en febrero y que los funcionarios del Departamento del Tesoro de EEUU han calificado como una estafa. Un petro equivale al precio del barril de petróleo, alrededor de 60 dólares. Entonces, un dólar, según su plan, equivaldría a unos 60 nuevos bolívares o 6 millones de los viejos.

Pero la devaluación, lejos de estabilizar la economía, ha disparado los precios. El viernes, por ejemplo, un kilo de melocotones, costaba alrededor de 1’1 millones de bolívares. Para el martes, los precios casi se habían duplicado, alcanzando los 2’1 millones de bolívares viejos o 21 de los nuevos.  El caos está servido.