No hay lugar para políticas fiscales irresponsables y aplicar bajadas de impuestos sería contrario a la disciplina fiscal en el Gobierno de Pedro Sánchez. La ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, se marca como objetivo reducir el déficit estructural y pide encontrar el equilibrio entre la consolidación presupuestaria y el nivel adecuado de gasto público, de manera que no se aumente la ya abultada deuda ni se asfixien los servicios públicos. Cifra en 12.000 millones de euros la pérdida de ingresos derivada de la reforma fiscal de 2015 y reconoce: "no solo no propugno una bajada de impuestos, sino todo lo contrario".

Apunta Calviño que el aumento impositivo a aplicar el próximo año dependerá del objetivo de déficit con el que el Ejecutivo cuente. Si se mantiene en el 1,3% de PIB para 2019, el aumento sería mayor que si se aprueba el 1,8% que quiere el actual Gobierno, al no ser posible "una financiación basada en el aumento de la deuda".

Respecto al IRPF, el Ejecutivo varias opciones que no incluirían un aumento del impuesto a las clases medias y trabajadoras. Y todo ello en un momento de crecimiento con tendencia a la moderación, pero "solvente", que hace a la Ministra descartar un cambio en las previsiones de crecimiento. Aún así, Calviño explica que "no sería un drama" tener que reducir esas previsiones.

Lo que sí preocupa a Calviño es la "insostenible" tasa de paro, la precariedad del mercado laboral, la desigualdad y la pobreza. Del exterior, Economía vigila las incertidumbres derivadas del Brexit y las tendencias proteccionistas.

Por otro lado, la ministra defiende que en el caso Navantia "la prioridad del Gobierno será proteger los empleos".

Respecto a Bankia, Calviño afirma que "no es el momento de plantearse vender" la participación del Estado en Bankia dados los "bajos" precios del mercado.