La Comisión Europea rebaja su previsión de crecimiento para España en los años 2018 y 2019. El Ejecutivo comunitario estima que la economía aumentara un 2,6% este año, frente al 2,8% pronosticado en julio, y un 2,2% en 2019, frente al 2,4% anterior. En ambos casos es una revisión a la baja de dos décimas y un crecimiento superior al previsto en la zona euro y la Unión Europea. En el caso del actual ejercicio, el pronóstico es igual que el del Gobierno.

Bruselas cree que España logrará bajar el déficit público del 3% y salir así del Protocolo de Déficit Excesivo (PDE), pero cree que no se cumplirá con lo pactado en 2019, cuando será del 2,1%, dos décimas más de lo debido. Estima que el desvío en las cuentas públicas en 2018 será del 2,7% del PIB.

El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, señala que los pronósticos se basan en una evaluación "cautelosa" de las medidas incluidas en el plan presupuestario enviado por el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Explica que hay incertidumbre sobre los rendimientos de algunos de los impuestos que plantea el Gobierno

Bruselas prevé que la eurozona se ralentice por las tensiones comerciales, Italia y el Brexit


Es previsible que el crecimiento de la eurozona se desacelere en los próximos años, ante los diversos riesgos a los que se enfrenta el continente, entre ellos las políticas económicas de EEUU, la incertidumbre sobre los términos del Brexit y los planes de gastos elevados en países muy endeudados como Italia, según dijo el jueves la Comisión Europea.

En su informe de pronósticos económicos trimestrales publicado el jueves, el ejecutivo de la UE revisó a la baja sus estimaciones de crecimiento para la zona euro el próximo año y pronosticó una desaceleración prolongada hasta 2020, el último año para el que se dispone de pronósticos, al tiempo que modificó las previsiones para Italia, recortando las de crecimiento y elevando las de déficit.

Aunque esperada en gran medida, la decisión de Bruselas de rebajas las tasas de crecimiento esperadas en la eurozona podría complicar los planes del Banco Central Europeo para reducir su programa de estímulos este año, aunque el BCE verá con buenos ojos que la Comisión pronosticara una mayor inflación este año (del 1,8 por ciento) y el próximo en el bloque. El BCE tiene como objetivo una tasa cercana al 2 por ciento.

Según las previsiones anunciadas el jueves, la zona euro crecerá un 2,1 por ciento este año después de una expansión del 2,4 por ciento en 2017. La desaceleración continuará el próximo año cuando se espera un crecimiento del 1,9 por ciento, ligeramente por debajo de la estimación anterior del 2,0 por ciento.

En cuanto a Italia, la Comisión pronosticó que su economía crecerá más lentamente en los próximos dos años de lo que Roma cree, lo que implica que los déficit públicos previstos sean mucho más altos que los asumidos por Italia, mientras que la deuda pública se mantendría en niveles similares a los actuales en lugar de disminuir.

Las previsiones apuntalan la opinión de la Comisión, respaldada el pasado lunes por todos los ministros de finanzas de la zona euro, de que el proyecto de presupuestos de 2019 de Italia infringe flagrantemente las normas fiscales de la Unión Europea, que exige reducciones anuales en el déficit y la deuda.