El Gobierno boliviano ha anunciado su decisión de rescindir dos contratos con la empresa española Corsán Corviam, filial de Isolux Corsán, debido al abandono de la construcción de una carretera y una hidroeléctrica. La empresa ha ratificado que cobrará avales bancarios que la firma entregó por 151 millones de dólares para así poder cubrir los daños y perjuicios.

Corsán Corviam ganó en 2014 los contratos para construir la carretera entre los pueblos amazónicos de Ixiamas y San Buenaventura y de la planta hidroeléctrica de Miguillas, por 534 millones de dólares. Según el Gobierno boliviano, la empresa española abandonó la construcción de la dos obras públicas el pasado mes de marzo sin dar ninguna explicación.

El Ministro de obras públicas, Milton Claros, ha confirmado en un comunicado que se tomarán medidas al respecto. En el caso de la carretera, Claros ha dicho que el contrato "se rescindirá" y que el trámite para cobrar los avales bancarios se inicia hoy. 

Claros asegura que la empresa ha tenido oportunidad para "enmendar cualquier situación que se le ha presentado desde que fue notificado sobre la intención de cobrar esos avales bancarios y nunca lo hizo". "Entonces lo único que corre son las ejecuciones y es lo que vamos a hacer", ha agregado el ministro.

En cuanto a la hidroeléctrica, el Ministro de Energías, Rafael Alarcón, sostiene que "ya se ha planteado la resolución del contrato y se han enviado las notificaciones a los bancos".

Por su parte, Isolux Corsán, está en proceso de reestructuración de deuda en España, y también ha interrumpido el desarrollo de líneas de transmisión de energía de Brasil. La propia empresa ha manifestado su deseo de negociar con el Gobierno de Bolivia y llegar a una solución.