El Banco Central Europeo ha publicado la parte no confidencial del informe que llevó a la liquidación del Banco Popular y su posterior venta al Banco Santander por el precio simbólico de un euro. En el informe se explica que el pánico generado por una “cobertura negativa en los medios” provocó una fuga de depósitos que llevó a la quiebra de la entidad.

La publicación de este informe es “una excepción a la política general de comunicaciones del BCE, que de acuerdo con la ley, no prevé la publicación de decisiones individuales de supervisión que están protegidas por las reglas de secreto profesional” como señala el propio organismo. Sin embargo, varios parlamentarios europeos han preguntado sobre la liquidación del Banco Popular, ya que otras entidades con peores notas de solvencia no han llegado a la quiebra.

En el informe, se detallan las fechas más importantes que condujeron a la liquidación del banco. En febrero de este año Banco Popular confesó la necesidad de unas provisiones extraordinarias de 5.692 millones de euros, a raíz de unas pérdidas por valor de 3.485 millones. Además, en este mismo periodo se sustituyó al presidente Ángel Ron por Emilio Saracho. Ambos anuncios provocaron que la agencia DRBS rebajara el rating y el día 10 de febrero y a continuación se produjo “una inesperada retirada de depósitos” y “una alta frecuencia de visitas a las sucursales”. También se reemplazó en abril al Consejero Delegado, Pedro Larena, después de menos de un año en el cargo. Todo esto unido a las declaraciones del posible cierre del Popular si no fructificaba el proceso de venta y a “la continua cobertura negativa de la prensa” colaboraron a la caída de la entidad. A DRBS se le unieron Standard and Poor's y Moody's y el 31 de mayo la fuga de depósitos se convirtió en "particularmente relevante".

La entidad implementó varias medidas para generar liquidez como recurrir a la ELA (línea de liquidez de emergencia) pero no fueron suficientes. Como consecuencia de todo, el BCE concluyó que Banco Popular tenía “opciones muy limitadas” para obtener financiación.

El informé finaliza afirmando que dadas las excesivas retiradas de depósitos y la incapacidad por parte de la banca de generar liquidez, “se considera que la entidad caerá o es probable que lo haga en el futuro próximo de acuerdo con la legislación".

El BCE no ha publicado las partes confidenciales del informe y tampoco se conoce el informe de Deloitte al Mecanismo Europeo de Reestructuración, usado también para justificar la venta de la banca.