Protagonismo hoy en la sesión asiática para el Banco de Japón, que ha concluido su reunión de política monetaria. Mantiene intacto el programa de compra y también los tipos de interés, pero realiza dos revisiones. Eleva la previsión de crecimiento del 1,5% al 1,6% para el país nipón en este 2017, y sin embargo revisa a la baja el crecimiento de la inflación, desde el 1,5% al 1,4%. La obsesión ahora para el Banco de Japón es mantener el interés del bono a diez años en el 0%, porque están refinanciando prácticamente toda su deuda y pretenden que se vaya reduciendo vía inflación y vía crecimiento. Rafael Galán (Perpe) analizaba los datos en Capital Radio.



En clave empresarial, el gobierno de Japón encontró la manera de mantener Toshiba en manos niponas, pero parece que no hará lo mismo con el fabricante de componentes para automóviles Takata. Tras varias denuncias por los fallos que daban los airbags, y otras tantas por algunos otros componentes de seguridad de los coches, parece que la empresa va a presentar un plan para acogerse a la bancarrota, y ha sido suspendida de cotización en el Nikkei. Suspendida toda la sesión, por lo que ni siquiera ha llegado a cotizar en el día de hoy. La solución para la compañía parece estar en Key Safety System, una empresa norteamericana dispuesta a poner 1.800 millones de dólares para comprar los activos rentables de Takata y salvar los empleos y a la empresa. El problema para el gobierno nipón es que Key Safety System es subsidiaria de una empresa china y el ejecutivo japonés no quiere que sus empresas acaben en manos chinas, uno de sus mayores rivales por nivel de exportaciones.

En clave empresarial también ha presentado resultados Samsung, que logra un benefico de 8.750 millones de dólares. Los ingresos crecen un 2%. Además, anuncia un plan de recompra de acciones de 35.000 millones de dólares hasta finales de 2018, aunque rechaza convertirse en un holding empresarial, como le pedía alguno de sus accionistas principales, como el fondo Elliot.

En China, por el lado macroeconómico, las empresas industriales lograron beneficios en marzo por valor de 99.900 millones de dólares. Además, el regulador chino medita poner más trabas a la concesión de créditos, para evitar lo que consideran que es una burbuja en ciernes, aunque para numerosos expertos esa burbuja crediticia es ya una realidad. Lo cierto es que créditos e inmuebles preocupan al gobierno, que busca frenar la escalada en ambos ámbitos antes de que se produzca una fuerte caída.