Santander ha anunciado un ajuste de plantilla y reestructuración de su red de oficinas. No obstante, desde comienzos de la crisis en 2008 hasta 2014 la entidad ha aumentado su plantilla en 3.000 trabajadores y ha abierto 551 oficinas nuevas algo que podría deberse entre otros motivos, a la integración de Banesto o la compra en 2015 de Banif. No obstante, la crisis y el ajuste del sector ha obligado a recortar plantilla.

La peor parte para el banco de Ana Botín se la llevó en el primer semestre de 2014 con cerca de 1.700 prejubilaciones y alrededor de 300 despidos, según fuentes sindicales. Los datos más recientes nos muestran que en el año pasado, 111 trabajadores abandonaron el banco entre despidos y bajas pactadas. Desde UGT, Ignacio Soto reconoce que los trabajadores no están sorprendidos con este ajuste.



Todo el sector financiero sufre las consecuencias de una política de bajos tipos de interés (en el 0%), lo que merma sus ingresos. Esto ha provocado una dura reducción de empleo y oficinas en todo el sistema financiero español que cuenta con 70.000 empleados menos desde 2008 (cuando empezó la crisis) a 2014 (porque todavía no se ha contabilizado el año 2015).

Otro dato es el cierre de casi 13.400 oficinas desde comienzos de la crisis. El año 2013 era el más dramático, con más de 18.600 empleados expulsados. El economista y abogado Fernando Zunzunegui reconoce que el negocio tradicional de la banca no se podía mantener.



Funcas va más allá. Cree que la nueva ronda de fusiones implicará una reducción de plantilla de otros 14.688 empleados hasta el 2019 y el cierre de unas 3.000 oficinas más. Precisamente la falta de gobierno y la incertidumbre sobre lo que pueda pasar ha retrasado los planes de nueva concentración en el sector. Con ello entre el 2012 y el 2019 se habrán perdido más de 50.000 puestos de trabajo en la banca en solo 7 años.


A nivel global, un 30% de los empleados del sector podrían perder su puesto de trabajo en los próximos diez años, según Citigroup. Los grandes bancos europeos y estadounidenses recortarán cerca de dos millones de puestos de trabajo en la próxima década como consecuencia del impacto que tendrá en sus negocios el sector fintech, donde se han invertido 190.000 millones de dólares en los últimos años. Son empresas con fuerte contenido tecnológico que empiezan a competir con la banca tradicional.

Imagen: Funcas