Microsoft, Apple, Facebook o Alphabet, la matriz de Google, son algunos de los grandes nombres de las tecnológicas inmersas en la carrera por liderar la inteligencia artificial. Este mes de mayo, el gigante de los buscadores ha celebrado su conferencia de desarrolladores en la que Sunder Pichai, CEO de la compañía de Mountain View (California, Estados Unidos), ha señalado un cambio de rumbo en la política de la economía y aumentará sus esfuerzos en desarrollar su división de inteligencia artificial.


“Es puro marketing”, señala Francisco J. Vico, catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial en Capital Radio. “La inteligencia artificial se hace en centros públicos, la presión que ponen los mercados hace difícil que las empresas consigan una investigación que sea rentabilizada”, añade.

El experto en esta tecnología duda de la capacidad de las novedosas capacidades de los anuncios realizados por los gigantes de Silicon Valley (Estados Unidos). “Dudo de que los algoritmos sean más eficaces de lo que hacemos a mano. Cuando hablamos de inteligencia artificial, hablamos de algoritmos que puedan resolver problemas por sí mismos”.

Por ello destaca dos tipos de investigación. La inteligencia artificial dura “pretende entender la inteligencia y dotar a las máquinas de esta”. Al otro lado, la línea blanda que “busca soluciones ‘ad hoc’ a problemas y ahí sí se está consiguiendo avances”, explica.

El catedrático Vico puntualiza en la diferencia entre robótica e inteligencia artificial. “No es descabellado que se vaya a destruir el 40% de los puestos de trabajo. No es malo, porque son trabajos repetitivos que no tienen, al parecer, atractivo para el ser humano”, sentencia.