Đổi Mới. Son las palabras responsables de la historia de desarrollo de Vietnam en los últimos 30 años. Un conjunto de reformas políticas y económicas lanzadas en 1986 que han estimulado el crecimiento del país y transformado a Vietnam de una de las naciones más pobres del mundo a un país de ingresos medios bajos.

Tras la Guerra de Vietnam, la suma del Norte y el Sur dio lugar a una nación que hoy tiene unos 95 millones de habitantes. Las reformas de la década de 1980 abrieron el país al comercio global, dieron la bienvenida a empresas extranjeras y lo convirtieron en un importante centro fabril, donde operan gigantes como Samsung, con más de 100.000 empleados.

El ejemplo fue China, y sus fábricas, pero con ligeras diferencias. La idea era crear una economía de mercado con orientación social mientras se mantenía la política del partido comunista único con férreo control político. El PIB per cápita se ha quintuplicado desde 1986 y ronda los 2.300 dólares, y la evolución económica ha venido acompañada de ciertos cambios políticos y niveles de libertades individuales.

Con un crecimiento económico superior al 6% durante más de 15 años, Vietnam está impulsando su sector servicios, que ya supone en torno a un 40% de su PIB según el Banco Mundial, y especialmente por el turismo. Para muchos vietnamitas acoger el encuentro de Donald Trump y Kim Jon Un es el perfecto escaparate para mostrar su país y atraer nuevos turistas y empresas, mientras se apuesta por una clase media joven con ganas de consumir. De hecho, el modelo de reformas vietnamita se está promocionando como el camino a seguir por la aislada Corea del Norte.

Otra de las claves en el desarrollo de Vietnam fue la normalización de las relaciones entre Hanoi y Washington en 1995. Antiguamente enemigos y hoy grandes socios comerciales, con un comercio bilateral de 54.300 millones de dólares en 2018, donde el país asiático exporta principalmente equipos tecnológicos y productos textiles.
Además, Vietnam ha intensificado la cooperación exterior y en materia de seguridad con EEUU como contrapartida a la creciente tensión con Pekín, por su expansión regional y con el que tiene enfrentamientos por el Mar del Sur de China.

Al tiempo, Hanoi mantiene buenas relaciones con Corea del Norte, gracias a sus lazos históricos vinculados a las raíces comunistas de ambos regímenes.

Con el crecimiento económico cayeron los niveles de pobreza, actualmente por debajo del 10%, creció la clase media y la esperanza de vida subió a los 76 años. Sin embargo, esa reducción de la pobreza ya no es tan rápida y existen fuertes desigualdades, especialmente acusadas entre el Vietnam urbano y el rural.

En la actualidad, Vietnam busca apuntalar el nivel de vida, la productividad y diversificar la economía, que al depender de las exportaciones está muy expuesta al entorno internacional. El objetivo es impulsar ese consumo interno y el turismo, además de dar más lugar a la empresa privada y la incorporación de desarrollos tecnológicos.