A ritmo de los Beatles, así entró Tim Cook, CEO de Apple, en el nuevo Teatro Steve Jobs del Apple Park, la nueva sede del gigante de Cupertino en Estados Unidos. Dos horas de presentaciones con un nuevo Apple Watch, una nueva versión de Apple TV 4K y sus esperados smartphones.

Tras meses de rumores y filtraciones -ya se conocía práctimente cómo sería el nuevo smartphone del décimo aniversario del iPhone- Apple ha lanzado al mercado tres nuevos dispositivos para coronarse como la reina de las navidades y batir a las apuestas de sus máximos competidores, Samsung y Huawei.



Mientras que la familia del iPhone 7 sigue batiendo récord de ventas, pero no supera a su hermano mayor el iPhone 6s, Cook y los ingenieros del gigante de Cupertino han obviado la rama s y han dado luz verde a la versión 8. Dos nuevos dispositivos que nada cambian con los presentados en septiembre de 2016.

Los tímidos cambios se han apreciado en el tamaño, crecen unos pequeños milímetros, y en el peso, engordan unos pocos gramos. Quizá la revolución más sorprendente se encuentra en el interior del corazón de la manzana mordida con un procesador de seis núcleos A11 y su sistema operativo, ya desvelado, iOS 11.

Un nuevo motor para la nueva gama de iPhone que trae instalada de serie, la gran apuesta de Cook para el mañana: la realidad aumentada. El boom de Pokémon Go (Nintendo) el pasado verano abrió la puerta y ha desatado una nueva guerra entre las tecnológicas.

Las cámaras del iPhone 8 están preparadas para ser la delicia de los gamers con videojuegos en los que lo real y lo virtual se unen en 4,7 y 5,5 pulgadas, respectivamente. Cámaras que llegan, otra vez, en dos versiones, a pesar de las voces que piden la dualidad en todas las gamas.

Para disfrutar del modo retrato y la cámara dual, ya un producto adoptado por las grandes firmas, hay que desembolsar entre 919 y 1.089 euros, que cuesta el iPhone 8 Plus. La versión grande del iPhone llega por primera vez para el gigante de Cupertino con 2 sensores, pero LG y Samsung ya lo aplican en sus últimos smartphones, con 12 megapíxeles. La versión pequeña se conforma con un solo sensor de la misma resolución, eso sí el precio es menor, entre 809€ y 979€.

iPhone X, ¿el smartphone del futuro?

“El futuro está aquí”, así presentó ayer Tim Cook el iPhone conmemorativo de los diez años de la primera versión que presentó Jobs en 2007. Un dispositivo que rompe, pero rompe con el diseño de sus hermanos.

Por primera vez en la historia del gigante de Cupertino, la pantalla lo es todo. Quitar los bordes ya no es un gesto único de las meriendas de los más pequeños, sino que los diseñadores de las tecnológicas han acabado con ellos también.

iPhone 10, que así se llama, incorpora la pantalla “más grande de un iPhone con 5,8 pulgadas y “con la mayor resolución”, pero, una vez más lejos de sus competidores. El frontal del Galaxy Note 8 de Samsung cuenta con 6,3 pulgadas y mayor resolución.

Pero, los fans de Apple a la hora de llegar a la tienda no reconocerán frontalmente a sus nuevos juguetes. Las 5,8 pulgadas sin bordes se han llevado por delante el famoso botón Home y también el TouchID, seña de identidad del equipo de Jobs.

Su actualización una pequeña barra táctil en la pantalla y la gran revolución para el iPhone X, el FaceID. Un nuevo sistema de seguridad basada en la biométrica que reconoce y se adapta a los rasgos faciales para desbloquear el dispositivo, como ya apuntaron las filtraciones.

Un nuevo sensor de profundidad, cámara infrarroja para el desbloqueo con poca luz y el A11 se encargan de crear un rostro 3D en el sistema, que barre por completo el desbloqueo de iris del Galaxy S8.

Precisamente, Samsung es el proveedor de las nuevas pantallas OLED, las primeras en el gigante de Cupertino, con 5,8 pulgadas y los rumores señalan que por cada dispositivo fabricado son 125 dólares que ha pagado Cook. Así se explica el alto precio, que aunque en dólares no alcanza las cuatro cifras, en España llegará con 1.159€ para la versión de 64 GB y 1.329€ para la de 128 GB.

El mercado algo decepcionado

Steve Jobs presentó al mundo en 2007 un smartphone que revolucionó el mundo, no por novedad en el hardware, ya existían pantallas táctiles en el mercado, sino que lo hizo por el software iOS, que era único. Cook y su equipo se han quedado a medio camino en un mercado muy saturado con “pantallas infinitas”, “cámaras de cine”, e, incluso, “chips preparados para la inteligencia artificial”.

Eso sí, Apple ha cumplido con los rumores que apuntaban a un novedoso, dentro de su línea, iPhone y veremos si tiene continuidad. A las 19 horas central europea, Cook encendió las luces del Teatro Steve Jobs con las acciones en el Nasdaq en los 161,93 dólares y acabó alrededor de las 21 horas en los 160,41 dólares con una tímida caída del 0,75% en el índice tecnológico. Apple echó el cierre este martes con una caída del 0,4%.

Esta mañana, los proveedores del gigante norteamericano se han desplomado en bolsa, “decepcionados” por la nueva apuesta de Cook, mientras que Samsung se apoyaba en el verde gracias a los buenos registros que de ventas que esperan del Note 8.

Sin embargo, Apple sigue con buenas cifras en el Nasdaq comenzó 2017 en los 116 dólares y sigue instalada en los 160$. “El iPhone sigue representando el 60% de las cuentas del gigante de Cupertino”, señala Juan Luis García Alejo, de Andbank en Capital Radio.

Sin previsiones para los nuevos dispositivos, Apple sigue intentando su incursión en nuevos mercados sobre todo los asiáticos para frenar el avance imparable de las marcas chinas, como Huawei que ya está por encima de la estadounidense, según el último estudio Market Pulse de Counterpoint, y sin perder de vista a Xiaomi y Oppo, que siguen creciendo sigilosamente.

El objetivo es entrar en el mercado indio, un páramo desconocido para las firmas tecnológicas estadounidenses, aunque los precios de los nuevos dispositivos son prohibitivos en un país donde el salario medio no alcanza los 200 euros.

“Estamos aquí para dar un mordisco al Universo. Si no, ¿para qué otra cosa podemos estar aquí?”. Es una de las frases más famosas de Jobs y ese mordisco al que intenta llegar Cook es alcanzar el billón de capitalización bursátil o lo que es lo mismo, el 5% del PIB estadounidense. Como diría el fundador del gigante de Cupertino: “stay tuned”.