Los aranceles provisionales a la aceituna de mesa, que desde noviembre Trump impuso a las importaciones europeas, "han reducido un 42,4% la actividad en el primer trimestre del año”, dice Antonio de Mora Secretario General de Asemesa, la patronal que agrupa a los productores de aceituna negra de mesa. Pero, el anuncio de la subida definitiva al 34,4% confirma el peor de los escenarios para el sector de la aceituna española.

La asociación de exportadores de aceituna valora las pérdidas en 25 millones de euros en los tres primeros meses del año y espera que la Comisión Europea actúe “inmediatamente una vez que los aranceles sean definitivos a mediados de julio”. La cifra del primer trimestre está, sin embargo, algo "matizada", dice el responsable de Asemesa, ya que a comienzo de año no habían entrado en vigor parte de los aranceles y además se estaban ejecutando contratos previos. Con los primeros datos sobre la mesa se estima que están en juego 8.000 empleos directos y 70 millones de euros.

Mora dice que hay una diferencia con respeto al caso del acero y es que el sector de la aceituna está regulado. La Unión Europea tendría que esperar a que los aranceles se hicieran definitivos y a las "resoluciones definitivas de la OMC  para poder iniciar procedimientos". Las "medidas de represalia" podrían incluir la elaboración de un listado de productos americanos susceptibles de ser gravados.

Los aranceles estadounidenses responden, según Mora, al "animadversión" del sector Californiano que “ha intentado históricamente aprovechar cualquier ocasión para impedir la importación de España”. EEUU considera que la política agrícola comunitaria protege demasiado a los agricultores europeos y que el sector de la aceituna está subvencionado cuando "la aceituna no recibe ninguna ayuda especial", aclara Mora.